Juan Barragán

            Juan José Barragán Pérez, Juan Barragán, o Juanito Barragán como ustedes lo prefieran, una de nuestras mejores figuras locales en el mundo del futbol.
            Nació en aquel glorioso año de 1968 mientras su familia residía en Soloviejo, poblado minero de Almonaster la Real, pero al poco tiempo ya se trasladaron a vivir definitivamente en El Campillo. Pasa toda su infancia rompiendo zapatos por las calles de este pueblo, por el parque de Los Cipreses y por el Municipal de La Pedrera, siempre con una pelota en los pies. Ya desde entonces maravillaba con su juego en aquellas Olimpiadas Escolares, y también en el equipo del Campillo CF.
            Le llega entonces la posibilidad de probar suerte en categorías superiores y llegan el Recreativo y los equipos madrileños: tuvo contactos con el Real Madrid, donde paso varias pruebas selectivas, viéndose interrumpidas por el servicio militar. Aun así hizo una pretemporada con el Getafe, y una gran temporada con el Alcorcón. Durante este tiempo compagina el futbol semi-profesional con su incipiente vida laboral, aunque siempre le tiró fuertemente su tierra (aun recuerdo aquellos carnavales en los que le acompañamos a Zalamea para que cogiera el autobús de línea que lo trasladaba habitualmente a Madrid y el mal rato de la despedida, para todos), a la que vuelve definitivamente en 1.992.
Quitando una temporada con el Trigueros, siempre llevo con orgullo la albiceleste del Campillo, dejando pretemporada tras pretemporada ofertas de equipos punteros de la provincia, como La Palma. Bollullos y Ayamonte. Son sus mejores años al frente del Campillo CF., donde coge la batuta y dirige magistralmente al equipo, paseándolo con éxito por la Regional Preferente, como nunca antes se había visto.
Inicia su carrera laboral en El Corte Inglés de Huelva, donde actualmente continua desarrollando sus dotes de venta en el departamento de Deportes, y también quizás la carrera más importante de su vida, la de crear una familia en compañía de su mujer, pasando a residir en Huelva, junto a sus dos hijos.
            Ya retirado del mundo del futbol, continúa con el deporte, siempre al lado de los suyos, y regresando al Campillo cada vez que su trabajo se lo permite.
            Aun se le debe en este pueblo un merecido homenaje, pues no se cortó la coleta en público. Nosotros desde aquí se lo brindamos por ser un “pelotero” de primera clase y por ser un buen amigo.